viernes, 4 de junio de 2010

Las prisas


Lamardemamoles afirma con pasión en un reciente comentario que su jugador favorito es, al menos para él, el mejor jugador del mundo, "porque el fútbol es una cuestión de gustos". Y el fútbol es, en efecto, un asunto de pasiones y preferencias no siempre racionales, una extraordinaria creación social surgida para soltar las frustraciones que cada uno arrastre y vociferar libremente sin arreglo a normas sociales de urbanidad y solidez argumental (de ahí la fascinación que producen los escasos futbolistas que saben expresarse con propiedad y profundidad sobre su trabajo). No ha habido en la historia circo mejor organizado, ni en tiempos de pan ni de escasez, y entre los numerosos opiáceos fabricados por el espíritu y la curiosidad humanos este es, sin duda, el de mayor aceptación.
Florentino Pérez, presidente del Real Madrid y agente inflacionario internacional, pensará quizá que el fútbol es una cuestión de gusto, pero no tiene ninguna duda de que lo verdaderamente placentero es ganar. Y para ello, como todo el mundo sabe ya a estas alturas, ha decidido fichar a José Mourinho. "La estabilidad es ganar", afirma con seguridad Pérez, hombre inteligente y multimillonario que parece haber caído en el procupante pozo acristalado de pensar que todo en esta vida se soluciona con dinero. Los reproches del madridismo clásico sobre la inadecuación de traer al Bernabéu a un entrenador que pone a Samuel Eto'o de lateral derecho resbalan por su curtida piel de elefante empresarial, y no es eso algo que nos preocupe especialmente: vimos al Inter ganar 0-1 en Stanford Bridge y creemos que Mourinho sabrá plantarse de diferentes maneras en diferentes escenarios y momentos de la temporada (es imposible no jugar bien con determinados jugadores: lo meritorio es hacerlo con futbolistas mediocres).
Nos perturba que Pérez olvide sistemáticamente que para traer estabilidad y triunfos no hay nada como saber dejar de trabajar a los profesionales, mantener hombres de mucho esfuerzo y conocimiento y poco estrellato, y no seguir abriendo el hueco entre un equipo (el Barcelona) construido con paciencia y mimo desde la cantera y un club, el Madrid, al que se le han acabado los ansiolíticos naturales para destronar al guardiolismo que marca este inicio de siglo.

1 comentario:

  1. Pellegrini tardó años en construir el Villarreal que maravilló en la Champions. ¿Porqué no dejar trabajar?. Confiar en un proyecto a medio plazo en lugar de ansiar el triunfo inmediato. Lo bueno, a fuego lento. Dinero, "cracks", márketing. ¿Y confiar en la cantera?. Nada de eso. Si no, que le pregunten a Mosquera. Como culé, espero impaciente una nueva lección de justicia futbolística. Espero un nuevo Alcorconazo, y un Lyon. Espero a Pedrito marcando en las narices de CR9, y de Kaká. Los millones pesan.

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