lunes, 19 de abril de 2010

Llegar al Mundial

El día después de lesionarme, algunos amigos trataron de animarme diciendo que al menos yo llegaría al Mundial, no como Beckham, que tuvo el infortunio de romperse el tendón de Aquiles el mismo día y a la misma hora: domingo 14 de marzo por la tarde. (Si el universo no conspira en contra, este año viviré en Ciudad del Cabo el primer Mundial de mi vida). A fecha de hoy, es francamente dudoso que Fernando Torres llegue en buenas condiciones a Suráfrica, y tanto Iniesta como Cesc se recuperan de lesiones que les van a impedir acabar la temporada y luchar por trofeos con sus equipos. Huyamos de la exageración patriótica: los tres están sin duda entre los 20 mejores jugadores del mundo hoy día. La gran virtud de la selección española es la ausencia de una estrella fenomenal y decisiva de cuya inspiración o presencia dependan su juego y su mentalidad. Si no llega Torres, jugaremos sólo con un delantero. Si no llega Iniesta, jugará Silva. Fabregas, alma del Arsenal, no es titular. Si se lesionase Casillas, jugaría Valdés. Si cayera Piqué, estaría Albiol.
Una situación incomparable con la onda expansiva que provocarían las ausencias de Messi, Cristiano Ronaldo, Rooney, Drogba, Robben o Ribery, por ejemplo. Quizá sólo Brasil muestre un bloque tan compacto y equilibrado. Brasil...

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