viernes, 1 de abril de 2011

Frikismo lisboeta (I)


Aunque discrepemos en nuestros puntos de vista, los amigos de verdad siempre nos miramos con buenos ojos. A pesar de que podamos condenar aspectos concretos de nuestras vidas. Incluso aunque sepamos que un ser querido se va a estrellar, tratamos de imaginar el escenario menos duro. Es por ello muy valioso que Antonio, compañero de mil y una batallas, me pregunte en el metro, de noche y sin prisas, en camino hacia el paraíso musical:
-       Oye, tío, ¿tú te has dado cuenta de lo friki que te estás volviendo?
El arranque de sinceridad, como digo, es particularmente fecundo por provenir de un hombre inteligente y sensible al que, por resumir, no le hemos visto únicamente trabajar y hacer buena letra.
-       Hombre, ¿tan heavy te parece?
-       Joder, tú dirás… (La risa llena el vagón de metro a una hora en la que estos excesos van importando menos)
Acabo de confesarle que el jueves próximo me voy a Lisboa con Eduardo a ver el partido de ida de los cuartos de final de la Europa League, Benfica – PSV Eindhoven. El motivo fundamental de tan extraño viaje es, como saben mis fieles lectores, este.
-       Macho, tú ponte a pensar en qué percentil estás de la escala de freaks…
-       ¿Futbolísticos…?
-       De freaks. Punto.

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