jueves, 1 de julio de 2010

Doce horas más

Segunda jornada consecutiva sin fútbol. El día se hace largo. Sólo quedan ocho partidos (de 64). Me sé de memoria cuáles son y cuándo se juegan: recuerdo con nostalgia esas noches, hace tan poco, cuando comprobaba ritualmente los horarios de los partidos del día siguiente. Queda lo mejor, sí, pero son apenas 720 minutos (sin prórrogas). Doce horas de fútbol y cuatro años de espera.


Queríamos escribir de Robben, Messi, Özil y Villa, los jugadores más desequilibrantes de estos cuartos de final, pero habría quizá que incluir a los delanteros uruguayos, y la verdad es que la ausencia de fútbol ralentiza nuestro tono vital. Parece un momento perfecto para recordar algunas de las teorías más pintorescas que hemos escuchado estos días (en taxis, asados, restaurantes, ordenadores, teléfonos móviles, etc...).

- Conspiración arbitral: "Argentina no llegará a semifinales porque al Gordo no lo quieren en la FIFA". "Pero Grondona es vicepresidente", respondemos. "Huevón, el vago no habla inglés, no le hacen ni caso... Fijate lo calladito que está". El gol en fuera de juego de Tévez tampoco sirve para desmontar la paranoia.

- Los enfados de Brasil: "Esos negros se enojan y estás muerto, chabón. Empiezan los partidos tranquilos, calentándose, pero cuando alguien les da una parada se enojan, huevón, y te hacen tres goles. Son unos culeados esos negros...".

- Este Mundial es latinoamericano: cunde la precipitación en los periódicos del continente. Las primeras se llenan de "primacías" y "sabores" y "acentos". Nos gustaría que fuera así. ¿Pero de qué sirve presentar cuatro equipos en octavos si después no hay un solo semifinalista? Prudencia...

- "Schweinsteiger está nervioso": esta vez Maradona no ha estado tan fino. Para poner nervioso a un alemán hay que esforzarse bastante. Y probablemente dejar a su compañero del Bayern de Munich De Michelis en el banquillo, poner a Verón en el campo y guardar silencio absoluto de aquí el sábado. En la cancha se ven los pingos, como dice uno de nuestros lectores más señalados. Por la boca muere el pez, nos permitimos añadir.

- Uno de los problemas de España es que cree que existe alguna relación entre el éxito de sus dos grandes equipos [...] y el de su selección: queda como precipitación del periodismo especializado esta nota de mi buen amigo argentino Lucas Llach, economista y brillante bloguero. Xavi se defiende solo. Pero llamar a Iniesta "un Marcelo Gallardo sin pegada" es una cumbre de la comicidad involuntaria. Ambos, eso sí, queremos que pierda Alemania el sábado.

- "España ya está en semifinales": mentira. Ya sabemos que un rebote y un penalti injusto y una roja rigurosa te mandan a casa. En 1998 una selección paraguaya peor que esta le impidió pasar de la primera ronda. Lo dice mi amigo Daniel: "preparation, preparation, preparation...".

2 comentarios:

  1. Querido amigo sabio: tus análisis son maravillosos. No me ha gustado este mundial. Yo que soy de las que mira fútbol cada cuatro años estos cuatro se convirtieron en ocho sin pena ni gloria.
    No solo porque Argentina se haya ido pronto a casa, algo ya sospechado con la cabeza (nunca con el corazón) cuando se decidió poner a un ídolo futbolístico sin preparación técnica a dirigir un grupo de talentos que nunca fue un equipo. Tampoco porque Sudamérica haya sido pura promesa y se haya quedado lejos. Simplemente porque no hubo fútbol lindo.
    ¡qué pena!
    Cariños
    Marita

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  2. Marita: me voy a "tirar el lance", como se dice por tus pagos, que son míos también: hoy tenemos que ver el buen fútbol que te han birlado este año. Nos hace falta un partido auténticamente memorable para aguantar hasta Brasil 2014.

    (Gracias)

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