miércoles, 25 de mayo de 2011

El 10 que terminó jugando de 5

"Huyo de las discusiones políticas entre amigos, queridos, porque hay muy poca gente en el mundo capaz de cambiar de opinión por un debate político razonado, y Juan odiará toda la vida a Esperanza Aguirre (Pablo ignora el motivo) igual que Pablo considerará eternamente que ZP es un hijo de puta irresponsable por dividir a los españoles (Jorge, asombrado) y Jorge lleva media vida tratando de convencernos de que la II República era el reino de Bambi, donde no se violaban ni asesinaban monjas ni se tejían lazos con la URSS para acabar como Albania. 

Mi abuelo pidió por escrito a sus hijos antes de morir que jamás se separasen por cuestiones políticas. Yo, más allá de las posturas verbales y estéticas de cada cual, me atengo a las palabras del hombre barbudo al que crucificaron: "Por sus obras los conoceréis".

Dejemos que sean otros los que se peleen...

Abrazos"

sábado, 21 de mayo de 2011

La gran ciudad



Sonrío al aterrizar junto a las aguas cansadas del río de la Plata, allí donde una vez viví deprisa, y al bajarme de mi primer taxi me encuentro con Guillermo Vilas descargando unas raquetas junto a unas niñas pequeñas que no sé si son sus hijas o sus nietas (dedico una sinapsis por primera vez en muchos años a Carolina del Mónaco), Belgrano chico, Fernando Redondo quiso una vez comprar esta casa, a Vilas casi no le veo, pero a la china me la encuentro cada dos por tres, ¿china?, sí, bueno, o japonesa, o como concha sea, bebo una Coca Cola Light en plena tarde de miércoles y hablo de Del Bosque y de Mourinho y de Iniesta y miro el reloj porque tengo que pedir un remís, he aterrizado junto a las aguas cansadas del río de la Plata y me voy a la coach de mi hermana, mastín dixit, consulto Internet por precaución y me entero de que se ha retirado Iván de la Peña entre lágrimas, guardo el artículo de Segurola para leerlo después, mañana, cuando pueda, en las sesiones laborales y musicales de Barrio Norte con el calvo, ahora voy a dedicar ochenta minutos al privilegio de clase media del autoexamen conversado, cojo otro taxi hacia Libertador, por teléfono acierto a la primera que en Mendoza se cenan hoy milanesas con puré, "¡Síííííííííííí!", llego a Pereyra Lucena, hace meses que no piso esta casa, abro la maleta para llevarme el neceser al cuarto de baño y cuando me he quitado la camisa irrumpe el amigo bávaro acaudalado de mi primo, ¿dónde tenías esa colonia de fucker?, buenas noches, soy Pedro, oye primo, tu amigo parece un poco brasas, ¿es caro el restaurante?, no demasiado, pero en realidad lo será, 600 gramos de goce mamífero, en la mesa de cuatro acabaremos siendo diez y pagando cinco, y a las 12.30 tomaremos sorpresivamente un taxi emancipador hacia la calle Ecuador, "Romario no era humano, ¿me entendés?, era como jugar con un escorpión, te mataba el guacho", suerte, señor, qué buena hora para llegar a casa, y sin embargo el calvo nos espera con jazz, malta, Grooveshark y una sonrisa inconfesable propulsada por SMS. Llevo en la ciudad siete horas y me quedan ochenta y seis.

sábado, 7 de mayo de 2011

Culés-buenos-blancos-malos


En Madrid, antes de partir, el mejor periodista deportivo español de las últimas dos décadas nos dice que Mourinho es un psicópata y tiene a media España crispada, estresada, cabreada. "Ahora bien, tener con él una charla sobre fútbol debe de ser algo estupendo".

En Mendoza, tres días después, cinco minutos después de aterrizar en el asado, una chica catalana inteligente y maja (inteligente y maja), si bien muy joven y periodista de profesión, me pregunta: "¿Pero tú de verdad crees que el Madrid puede ser mejor que el Barsa?"

A la mañana me escribo con un amigo porteño que estudió sociología y se dedica a la política. Trato de convencerle de que la entrada de Pepe a Alves no merecía una tarjeta roja y de que a los excesos de Mourinho deben contraponerse los lloriqueos falsos de Mascherano y compañía. Que trate de no caer en la bipolaridad facilona de blancos-malos-culés-buenos, "tan nociva en otros órdenes de la convivencia". Pero es inútil. Respuesta: "Yo no digo blancos-malos-culés-buenos, sino culés-mejores-blancos-peores".