sábado, 22 de mayo de 2010

Madrid sin Laporta

Han pasado sólo tres semanas y media desde que Mourinho le aguara la fiesta a Joan Laporta, pero  los efectos saludables de aquella resistencia numantina se nos han olvidado ya. Si celebráramos las buenas cosas de esta vida con la misma intensidad con que nos quejamos de las malas, este mundo sería maravilloso. Hoy se juega en Madrid la final de la Champions League, y la ciudad se ha levantado tranquila, bella y soleada - imaginemos la semanita que hubiésemos tenido que soportar si Bojan Krkic llega a consumar aquella jugada postrera en el Camp Nou, la final fuera Barcelona-Bayern, los periódicos tapizaran sus primeras páginas a diario con titulares del tipo "No venimos a Madrid a humillar a nadie" y aficionados evolutivamente atascados se hubiesen dedicado a llenar el ecosistema urbano de cristales rotos.

Habemus magnífico plan para esta tarde/noche de sábado.

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